Numerosas Organizaciones entre ellas Proyecto Gran Simio, denuncian a la RSPO por maquillar de verde la destrucción y violencia que genera la industria del aceite de palma industrial
Esta declaración se hace pública a nivel internacional ante el
comienzo de la Conferencia Anual de la RSPO, que se llevo a cabo en Sabah,
Malasia, entre el 12 y 15 de noviembre.
La RSPO se presenta públicamente con la consigna de “transformar el mercado
para que el aceite de palma sostenible sea la norma”. Sin embargo, desde su
creación hace 14 años, ha sido una herramienta al servicio de los intereses
empresariales del sector. El
sistema de certificación de la RSPO permite la expansión de la industria de la
palma aceitera a la vez que maquilla de verde la destrucción y las violaciones
a los derechos humanos cometidas por estas empresas.
El aceite de palma se ha convertido en el aceite vegetal más barato disponible
en el mercado mundial, por lo que resulta la opción elegida por el grupo que
domina la membresía de la RSPO: los grandes compradores de aceite de palma. “Ellos harán lo que sea para
asegurar un flujo constante de aceite de palma barato”,
advierte la declaración.
La clave del éxito para que una empresa palmícola produzca aceite de palma
‘barato’ es un modelo
específico de producción industrial con cada vez mayor
eficiencia y productividad, lo que se logra: (1) plantando a gran escala y en
régimen de monocultivo, frecuentemente a través de la conversión de bosques
tropicales biodiversos; (2) usando plántulas de “alto rendimiento” que demandan
grandes cantidades de agrotóxicos y agua en abundancia; (3) exprimiendo al
máximo la mano de obra barata de la mínima fuerza laboral posible (4)
beneficiándose de las importantes sumas de dinero inicial obtenidas de la madera
tropical talada para dar lugar a las plantaciones, que luego utilizan para
financiar el establecimiento de dichas plantaciones; (5) acaparando a la fuerza
la tierra que era de las comunidades locales o mediante otros acuerdos con los
gobiernos (en especial favorables regímenes fiscales) para acceder a la tierra
al menor costo posible.
Quienes viven en las tierras fértiles donde las empresas deciden aplicar este
modelo de producción, pagan un precio muy alto. La violencia resulta intrínseca a este modelo: represión
cuando las comunidades se resisten a que las empresas se apoderen de sus
tierras, violencia sexual y hostigamiento contra las mujeres en las
plantaciones y en las zonas aledañas, trabajo infantil y condiciones de trabajo
precarias, exposición a la aplicación excesiva de agrotóxicos, pérdida de
soberanía alimentaria de las comunidades.
La proclamada visión de la RSPO de transformar el sector industrial de la palma
aceitera está condenada al fracaso porque los principios de certificación de la Mesa Redonda
promueven este modelo estructural violento y destructivo. Y
mientras que la RSPO levanta una cortina de humo que invisibiliza esta
violencia ante los consumidores y los financiadores, a menudo los gobiernos no toman medidas para
detener la expansión de las plantaciones y el aumento de la demanda de aceite
de palma porque asumen que la RSPO ofrecerá una aparente sostenibilidad.
Hacia el final, la declaración concluye: “Los sistemas de certificación no
pueden brindar una protección adecuada a los bosques, los derechos de las
comunidades y la soberanía alimentaria, ni garantizar la sustentabilidad. Los gobiernos y los financiadores
deben asumir la responsabilidad de frenar la destructiva expansión del aceite
de palma, que viola los derechos de las comunidades locales y los pueblos
indígenas.”
Lea y descargue la declaración
completa aquí.
Contactos:
Amigos de la Tierra Internacional
Contacto: Isaac Rojas (isaac@coecoceiba.org // isaac@foei.org), Phone:
+50683383204
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM)
Contacto: Elizabeth Díaz (lizzie@wrm.org.uy) Phone: +598 9272 5656
Declaración completa:
RSPO: 14 años de fracaso en eliminar la violencia y la destrucción generadas por el sector del aceite de palma industrial
Durante sus 14 años de
existencia, la RSPO (Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible) no ha
cumplido su promesa de “transformar” el sector de producción industrial de
aceite de palma para que sea “sostenible”. En realidad, la RSPO ha sido utilizada
por la industria del aceite de palma para maquillar de verde la destrucción y
las violaciones de los derechos humanos que han cometido las empresas del
sector palmícola. No solo eso sino que la industria utiliza a la RSPO para la
expansión de sus negocios y ganancias así como para la destrucción de los
bosques.
La RSPO se presenta públicamente con la consigna de “transformar el mercado
para que el aceite de palma sostenible sea la norma”. El aceite de palma se ha
convertido en el aceite vegetal más barato disponible en el mercado mundial,
por lo que resulta una fuerte opción entre el grupo que domina la membresía de
la RSPO -los grandes compradores de aceite de palma. Ellos harán lo que sea
para asegurar un flujo constante de aceite de palma barato. También saben que
la clave del éxito para que una empresa palmícola produzca aceite de palma
“barato” es un modelo específico de producción industrial con cada vez mayor
eficiencia y productividad, lo que se logra: (1) plantando a gran escala y en
régimen de monocultivo, frecuentemente a través de la conversión de bosques
tropicales biodiversos; (2) usando plántulas de “alto rendimiento” que demandan
grandes cantidades de agrotóxicos y agua en abundancia; (3) exprimiendo al
máximo la mano de obra barata de la mínima fuerza laboral posible, empleada en
condiciones precarias para que los costos de la empresa se reduzcan al mínimo;
(4) beneficiándose de las importantes sumas de dinero inicial obtenidas de la
madera tropical talada para dar lugar a las plantaciones, que luego utilizan
para financiar el establecimiento de dichas plantaciones; (5) acaparando a la
fuerza la tierra que era de las comunidades locales o mediante otros acuerdos
con los gobiernos (en especial favorables regímenes fiscales) para acceder a la
tierra al menor costo posible.
Quienes viven en las tierras fértiles donde las empresas deciden aplicar este
modelo de producción de aceite de palma industrial, pagan un precio muy alto.
La violencia resulta intrínseca a este modelo:
- violencia y represión cuando las comunidades se resisten a que las empresas
se apoderen de sus tierras, porque saben que una vez que sus tierras se
conviertan en monocultivos de plantaciones de palma aceitera, sus medios de
vida serán destruidos y sus tierras y bosques serán invadidos. En innumerables
casos la deforestación causada por la expansión de esta industria ha desplazado
comunidades o destruido los medios de vida de las comunidades donde las
empresas violan los derechos consuetudinarios y toman el control de las tierras
comunitarias;
- violencia sexual y hostigamiento contra las mujeres en las plantaciones y en
las zonas aledañas, que a menudo permanece invisibilizada porque las mujeres no
tienen la posibilidad de exigir que los perpetradores sean procesados;
- trabajo infantil y condiciones de trabajo precarias, que van de la mano con
la violación de los derechos de los trabajadores. Las condiciones de trabajo
pueden llegar a ser tan malas que equivalen a formas contemporáneas de
esclavitud. Este modelo de trabajo expoliador le permite a las empresas no
solamente obtener mayores ganancias económicas sino que el aceite de palma siga
siendo un producto barato, y es por eso que ni ellas ni sus accionistas hacen
nada para ponerle fin.
- exposición de trabajadores, comunidades enteras y bosques, ríos, fuentes de
agua, tierras agrícolas y suelos a la aplicación excesiva de agrotóxicos;
- las comunidades rodeadas por plantaciones industriales de palma aceitera
pierden su soberanía alimentaria cuando esas plantaciones ocupan las tierras en
las que las comunidades cultivan sus alimentos.
La proclamada visión de la RSPO de transformar el sector industrial de la palma
aceitera está condenada al fracaso porque los principios de certificación de la
Mesa Redonda promueven este modelo estructural violento y destructivo. La RSPO
tampoco aborda la forma en que la industria depende del control exclusivo de
grandes superficies de tierras fértiles, así como el paradigma de crecimiento
de la industria que exige una expansión continua del control empresarial sobre
las tierras comunitarias y el acaparamiento violento de tierras. Ninguno de los
ocho principios de certificación de la RSPO sugiere transformar la manera en
que la industria depende del control exclusivo sobre vastas superficies de
tierra o el paradigma de crecimiento inherente al modelo.
El uso industrial de aceites vegetales se ha duplicado en los últimos 15 años,
y el aceite de palma es el más barato. Este aumento masivo del uso del aceite
de palma explica en parte la actual expansión de las plantaciones industriales
de palma aceitera desde el año 2000 en adelante, especialmente en África y
América Latina, además de las vastas zonas de plantaciones en Malasia e
Indonesia, que también continúan expandiéndose.
Innumerables ejemplos muestran que las plantaciones industriales de palma
aceitera continúan siendo sinónimo de violencia y destrucción para las
comunidades y los bosques. Las experiencias de las comunidades en las nuevas
fronteras de las plantaciones industriales de palma aceitera, como son los
casos de Gabón, Nigeria, Camerún, Liberia, Sierra Leona, Perú, Honduras,
Brasil, Colombia, Ecuador, son similares a las experiencias pasadas y actuales
de las comunidades de Indonesia y Malasia.
La RSPO levanta una cortina de humo que invisibiliza esta violencia ante los
consumidores y los financiadores. A menudo los gobiernos no toman medidas
reglamentarias para detener la expansión de las plantaciones y el aumento de la
demanda de aceite de palma, asumen que la RSPO ofrecerá una aparente
sostenibilidad. Por ejemplo, en su propaganda pública, la RSPO afirma que apoya
a más de 100.000 pequeños propietarios. Pero las ganancias obtenidas de la
producción de aceite de palma siguen beneficiando desproporcionadamente a las
empresas de palma aceitera: en 2016, el 88% de todo el aceite de palma
certificado provino de plantaciones de empresas, y son también empresas quienes
controlan el 99,6% de la producción.
La RSPO también aduce que el principio del Consentimiento Libre, Previo e
Informado (CLPI) es clave entre sus propios Principios y Criterios. El derecho
al CLPI implica, entre otras cosas, que si una comunidad niega el
establecimiento de este tipo de monocultivo en su territorio, las operaciones
no se pueden llevar a cabo. Sin embargo, la realidad revela que a pesar de
esto, numerosos proyectos siguen adelante. Generalmente las concesiones ya
están aseguradas antes de que la empresa llegue a las comunidades afectadas. En
estas circunstancias, decir que el CLPI es fundamental para la RSPO, es
francamente falso e irrespetuoso.
La RSPO también argumenta que cuando surgen conflictos con las empresas
plantadoras, las comunidades siempre pueden hacer uso del mecanismo de
reclamaciones de la RSPO. Sin embargo, el mecanismo es complejo y rara vez resuelve
los problemas que enfrentan y quieren resolver las comunidades. Esto se hace
particularmente evidente en relación con los conflictos de herencia de la
tierra, donde el mecanismo perjudica a las comunidades. Permite a las empresas
seguir explotando las tierras comunitarias hasta que los tribunales hayan
adoptado una decisión. Este enfoque alienta a las empresas a mantener los
conflictos contando con que los procesos judiciales se prolongan, a menudo
durante décadas.
Otro argumento utilizado por la RSPO es que las plantaciones industriales de
palma aceitera han sacado a millones de personas de la pobreza. Esa afirmación
es ciertamente cuestionable, más aún si se considera que también hay un número
importante de personas que han sido desplazadas en las últimas décadas con el
fin de hacer espacio para las plantaciones. Comunidades indígenas, de hecho,
han perdido sus tierras fértiles, bosques y fuentes de agua por las
plantaciones de palma aceitera, que afectan sus alimentos, su cultura y sus
economías locales.
La promesa de la RSPO de “transformación” se ha convertido en una poderosa
herramienta de maquillaje verde para las empresas de la industria del aceite de
palma. La RSPO le da a esta industria - que sigue siendo responsable del
acaparamiento violento de tierras, la destrucción del medio ambiente, la
contaminación por el uso excesivo de agrotóxicos y la destrucción de los medios
de vida de campesinos e indígenas - una imagen “sostenible”. A los
inversionistas y empresas parece que les alcanza con ser miembros de la RSPO
para afirmar que son actores “responsables”. Causa especial asombro este
maquillaje verde, ya que ser miembro de la RSPO no da ninguna garantía.
Recientemente, una empresa se convirtió en miembro de la RSPO aún después de
que se descubriera que deforestó más de 27.000 hectáreas de bosques tropicales
en Papua, Indonesia.
La certificación depende estructuralmente de los mismos contenidos políticos y
legales que han dado lugar a la serie de problemas ambientales y de derechos
comunitarios de la tierra, asociados con las plantaciones de palma aceitera.
Estos problemas de gobernabilidad sistémica están insertos en el poder estatal
y funcionan como parte del destructivo modelo económico. Por esta razón, los
sistemas de certificación no pueden brindar una protección adecuada a los
bosques, los derechos de las comunidades y la soberanía alimentaria, ni
garantizar la sustentabilidad. Los gobiernos y los financiadores deben asumir
la responsabilidad de frenar la destructiva expansión del aceite de palma, que
viola los derechos de las comunidades locales y los pueblos indígenas. Como
pasos inmediatos, los gobiernos deben:
- establecer de inmediato una moratoria a la expansión de las plantaciones de
palma aceitera y usar ese tiempo para arreglar los marcos de políticas;
- reducir drásticamente la demanda de aceite de palma: dejar de usar alimentos
como combustible;
- fortalecer y respetar los derechos de las comunidades locales y los pueblos
indígenas para garantizar, entre otros derechos, la autodeterminación, el
control territorial y los derechos a la tierra;
- promover la agroecología y el control de las comunidades sobre sus bosques,
lo cual fortalece los ingresos locales, los medios de vida y sustento y la
soberanía alimentaria, en lugar de promover el agronegocio.
Firmas:
Aalamaram-NGO
Acción Ecológica, Ecuador
ActionAid, France
AGAPAN
Amics arbres · Arbres amics
Amis de la Terre France
ARA
ARBA (Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono)
Asociación Conservacionista YISKI, Costa Rica
Asociación Gaia El Salvador
Association CongoActif, Paris
Association Les Gens du Partage, Carrières-sous-Poissy
Association pour le développement des aires protégées, Swizterland
BASE IS
Bézu St Eloi
Boxberg OT Uhyst
Bread for all
Bruno Manser Fund
CADDE
CAE, Ecuador
Campaign to STOP GE Trees
CAP, Center for Advocacy Practices
Centar za životnu sredinu/ Friends of the Earth Bosnia and Herzegovina
CESTA - FOE El Salvador
CETRI - Centre tricontinental
Climate Change Kenya
Coalición de Tendencia Clasista. (CTC-VZLA)
Colectivo de Investigación y Acompañmiento Comunitario
Collectif pour la défense des terres malgaches - TANY, Madagascar
Community Forest Watch, Nigeria
Consumers Association of Penang
Corporate Europe Observatory
Cuttington University
Down to Earth Consult
El Campello
Environmental Resources Management and Social Issue Centre (ERMSIC), Cameroon
Environmental Rights Action/Friends of the Earth Nigeria
FASE ES , Brazil
Fédération romande des consommateurs
FENEV, (Femmes Environnement nature Entrepreneuriat Vert).
Forum Ökologie & Papier, Germany
Friends of the Earth Ghana
Friends of the Earth International
GE Free NZ, New Zealand
Global Alliance against REDD
Global Justice Ecology Project
Global Info
Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampís , Peru
GRAIN
Green Development Advocates (GDA) , Cameroon
Greystones, Ireland
Groupe International de Travail pour les Peuples Autochtones
Grupo ETC
Grupo Guayubira, Uruguay
Instituto Mexicano de Gobernanza Medioambiental AC Instituto Mexicano de Gobernanza
Medioambiental AC
Integrated Program for the Development of the Pygmy People (PIDP), DRC
Justica Ambiental
Justicia Paz e Integridad de la Creacion. Costa Rica
Kempityari
Latin Ambiente, www.latinambiente.org
Les gens du partage
LOYOLA SCHOOL OF THEOLOGY, MANILA
Maderas del Pueblo del Sureste, AC
Maiouri nature, Guyane
Mangrove Action Project
Milieudefensie - Friends of the Earth Netherlands
Movimento Amigos da Rua Gonçalo de Carvalho
Muyissi Environnement, Gabon
Nature-d-congo de la République du Congo
New Wind Association from Finland
NOAH-Friends of the Earth Denmark
Oakland Institute
OFRANEH, Honduras
Ole Siosiomaga Society Incorporated (OLSSI)
ONG OCEAN : Organisation Congolaise des Ecologistes et Amis de la Nature et
sommes basés en RD Congo.
OPIROMA, Brazil
Otros Mundos A.C./Amigos de la Tierra México
Paramo Guerrrero Zipaquira
PROYECTO GRAN SIMIO (GAP/PGS-España)
Quercus - ANCN, Portugal
Radd (Reseau des Acteurs du Développement Durable) , Cameroon
Rainforest Foundation UK
Rainforest Relief
ReAct - Alliances Transnationales
RECOMA - Red latinoamericana contra los monocultivos de árboles
Red de Coordinacion en Biodiversidad , Çosta Rica
REFEB-Cote d'Ivoire
Rettet den Regenwald, Alemania
ROBIN WOOD
Sahabat Alam Malaysia (Friends of the Earth Malaysia)
Salva la Selva, España
School of Democratic Economics, Indonesia
Serendipalm Company Limited
Sherpa , The Netherlands
SYNAPARCAM, Cameroon
The Corner House, UK
Towards Equitable Sustainable Holistic Development
TRAFFED KIVU ,RD.CONGO
UNIÓN UNIVERSAL DESARROLLO SOLIDARIO
University of Sussex, UK
UTB , Colombia
Watch Indonesia!
WESSA
World Rainforest Movement
Youth Volunteers for the Environment Ghana