Chimpancés y humanos comparten cerebros adaptables con patrones evolutivos similares
Según este artículo, cuyos resultados se basan en análisis cuantitativos de la forma de casi 200 cerebros de chimpancés, y de otros tantos cerebros humanos estudiados a través de resonancias magnéticas estructurales, "esta independencia relativa de distintas regiones puede haber hecho los cerebros de ambas especies especialmente propensos a responder a determinadas presiones selectivas, dando lugar a un patrón de evolución en mosaico, por el que distintas adaptaciones cerebrales han aparecido en distintos momentos de nuestra historia evolutiva", según recoge una nota del CENIEH.
A pesar de la complejidad funcional del cerebro humano, los factores más importantes que determinan su variación son "las interacciones entre regiones adyacentes, que varían de manera coordinada. Por el contrario, las partes que están separadas conservan la capacidad de evolucionar de manera independiente de otras regiones".
Este patrón de variación es "sorprendentemente" similar al observado en chimpancés a pesar de "las claras diferencias cognitivas y comportamentales entre las dos especies”, dice Gómez-Robles.
Nuestro cerebro es un órgano extraordinariamente complejo, cuya variación y evolución está determinada por interacciones igualmente complejas entre distintos factores: "No todas las regiones del cerebro se desarrollan en el mismo momento ni a partir de los mismos precursores, de forma que las regiones con un origen común han de ejercer una influencia mutua. Además, nuestro cerebro controla multitud de funciones diferentes, de modo que regiones que están implicadas en la misma función deben evolucionar de manera coordinada para no comprometer dicha función".
La propia anatomía del cerebro tiene un importante efecto en su variación y evolución, "ya que ciertas interacciones estructurales pueden limitar o facilitar los cambios cerebrales". Estas interacciones estructurales "son las que tienen una mayor influencia en la evolución cerebral de chimpancés y humanos".
Los resultados de este trabajo indican que nuestro cerebro es capaz de responder "de manera flexible a determinadas presiones selectivas". Sin embargo, la identificación de esos factores selectivos y de los cambios anatómicos que están ligados a ellos exige "un entendimiento mucho más profundo de la relación que existe entre la variación anatómica del cerebro y nuestro comportamiento", aspectos a los que "ni la antropología ni la neurobiología han podido dar aún explicaciones completas", señala Gómez-Robles.
Fuente:
El Imparcial 31/07/2014
http://www.elimparcial.es/noticia/140604/