La “conmoción” es una
reacción común cuando surge una crisis ... o cuando esta sale a la luz.
Gobiernos de todo el mundo, especialmente del Norte global, organizaciones
multilaterales, empresas y ciudadanos de todos los rincones del planeta
quedaron “conmocionados” y de una forma u otra expresaron su desaprobación
y desdén ante la reacción del actual presidente brasileño Jair Bolsonaro
ante los incendios forestales en la Amazonía.
Sin embargo, en este caso, las
expresiones de “conmoción” también proporcionan una conveniente cortina de
humo para los gobiernos, las instituciones financieras y las empresas,
detrás de la cual ocultar su responsabilidad y la función que cumplieron en
esta crisis. Las causas subyacentes de los incendios
apuntan tan fuertemente hacia ellos como hacia el actual presidente de
extrema derecha de Brasil. La mayor parte del frenesí mediático se
caracteriza por análisis superficiales y la atención desaparecerá tan pronto
como las lluvias en la Amazonía hayan extinguido la mayoría de las llamas.
Sin lugar a dudas, el gobierno de extrema derecha de Brasil ha sido una
noticia terrible para los pueblos indígenas y sus territorios, así como
para los bosques en general. A este gobierno no le interesa ni la
protección de los bosques ni el respeto por las formas de vida
tradicionales y el uso de la Amazonía. El propio presidente sigue incitando
a la violencia contra los pueblos indígenas y alienta la invasión de sus
territorios por parte de empresas agrícolas y mineras. Incluso ha sugerido
que los pueblos indígenas deberían “integrarse” a la sociedad, una política
de gobierno que fue finalmente abandonada por la Constitución de 1988 de
Brasil.
Pero tampoco nos dejemos engañar. La deforestación a gran escala, incluyendo los
incendios en la Amazonía, no es un proceso nuevo. El
presidente Bolsonaro y sus ayudantes en el gobierno indudablemente echan
más leña al fuego. Pero los bosques han sido destruidos y los árboles
ardieron antes de que él llegara al poder. La deforestación en la Amazonía
brasileña ha vuelto a aumentar desde 2012. Varios de los mismos gobiernos,
organizaciones multilaterales y empresas que ahora afirman estar
“conmocionados”, de hecho, de una forma u otra, han facilitado y se han
beneficiado de la deforestación a gran escala de la Amazonía. Su “conmoción” por los incendios
está teñida de hipocresía.
Los pueblos indígenas han estado durante siglos de pie, defendiendo sus
territorios y vidas, dentro y fuera de la Amazonía. Ven a estos bosques
como una parte fundamental de su existencia y sustento y han demostrado una
y otra vez que saben cómo conservar y convivir con estos territorios.
Innumerables
comunidades que dependen de los bosques de la Amazonía vienen luchando desde hace largo tiempo a
la industria maderera, la industria cárnica, las plantaciones de
monocultivos en constante expansión para abastecer la industria de la
celulosa y el papel, así como a la industria alimentaria con su demanda
cada vez mayor de aceite de soja y palma, la industria minera, las mega
represas hidroeléctricas, la construcción de infraestructura de
ferrocarriles, carreteras, puertos y vías fluviales. Esta infraestructura
no está pensada para servir a las personas sino que principalmente atiende
las necesidades de estas industrias para un transporte cada vez más rápido
a un costo cada vez más bajo. Las
ganancias de las empresas se logran a expensas de los bosques y las
poblaciones que dependen de ellos. (1) Ellos también luchan contra las
falsas soluciones a la crisis ambiental y climática. Estas
soluciones falsas parten de un análisis sesgado de los problemas y
promueven políticas y programas que dejan intactas a las empresas que son
el motor de la deforestación a gran escala, y, en cambio, restringen la
agricultura campesina y su uso y acceso a los bosques. Peor aún es que
muchas de estas falsas soluciones (REDD+, certificación, promesas de
deforestación cero netas) también maquillan “de verde” la destrucción
empresarial. (2)
Tampoco nos dejemos engañar creyendo que los gobiernos del Norte y los
bancos multilaterales como el Banco Mundial son los
salvadores, ya que siguen siendo actores clave de la deforestación. El
gobierno de Noruega, por ejemplo, suspendió las donaciones asignadas al
Fondo del Amazonas debido a una seria preocupación por la gestión del Fondo
y el aumento de la deforestación en la Amazonía brasileña. Pero, de hecho,
el gobierno de Noruega es co-propietario de empresas implicadas en
deforestación (la empresa petrolera Equinor, el productor de fertilizantes
Yara y el productor de aluminio Norsk Hydro). Norsk Hydro, por ejemplo,
tiene una mina de bauxita y una refinería en el estado amazónico de Pará. Y
la hipocresía no se detiene con el gobierno noruego.
Instituciones
multilaterales como el Banco Mundial han promovido durante décadas un
discurso destructivo sobre “progreso y desarrollo” junto con el “libre
comercio”. En realidad, esta ideología de “desarrollo y globalización”
significó subvenciones, préstamos y políticas gubernamentales que allanaron
el camino para que las empresas invadieran y destruyeran bosques y
territorios. Para 2014, la Corporación Financiera
Internacional (CFI), el brazo del sector privado del Banco Mundial,
gestionaba 156 proyectos en 34 países por valor de 260 millones de dólares
para servicios de asesoramiento que promovían el desarrollo del sector
privado. Las recetas de reformas de política del Banco facilitan el acceso
a la tierra a expensas de los agricultores familiares, los pastores y los
pueblos indígenas. (3) Existen innumerables ejemplos como éste. (4)
Los programas de ayuda bilateral también promueven soluciones falsas e
invisibilizan la responsabilidad de las empresas como principales
impulsores de la pérdida de bosques. En cambio, culpan falsamente de la
deforestación a la agricultura campesina e indígena. La promoción de REDD+ por GIZ de
Alemania, NORAD de Noruega y la agencia de ayuda de Estados Unidos
USAID es el último, pero no el único (5), ejemplo. En
el estado amazónico de Acre, por ejemplo, el banco alemán gubernamental de
desarrollo KfW ha estado financiando el programa REDD Early Movers. El
programa no ha logrado evitar el aumento devastador de la deforestación en
Acre en el último año. Pero además ha socavado la resistencia de los
pueblos indígenas al presentar los fondos de REDD+ al gobierno de Acre como
una “donación” y al financiar actividades culturales en territorios
indígenas lejos de la frontera de la deforestación, mientras que a su vez
se eliminan los fondos para la demarcación de los territorios indígenas.
Si están “conmocionados” por los incendios en la Amazonía y otros
territorios de bosque, únanse
en radical solidaridad con los pueblos indígenas y otras comunidades que
dependen de los bosques en todo el mundo en frenar las causas subyacentes
de la deforestación.
¡Únanse a la lucha!
(1) Vean algunos ejemplos del boletín del WRM sobre las luchas
de los pueblos que dependen de los bosques, contra:
* Extracción maderera: El pueblo Mundukuru en Brasil: concesiones forestales
se imponen en territorio indígena, Boletín 217 del WRM y Perú: la tala corporativa arrasa con los bosques y
sus poblaciones, Boletín 207 del WRM
* Industria de la celulosa y el papel: Mujeres en pie combatiendo la fábrica de papel de
Suzano en Maranhão, Brasil, Boletín 244 del WRM
* Plantaciones de palma aceitera y minería: Brasil – La minera VALE promueve la palma aceitera en
Pará: Impactos de la “economía verde”, Boletín 218 del WRM
* Ganadería: Viviendo a la fuga: devastación de las vidas y
tierras ayoreos a manos de ganaderos, Boletín 216 del WRM
* Producción de alimentos: Producción y consumo de alimentos: la resistencia
contra la dominación, Boletín 230 del WRM
* Represas: Brasil: La lucha de los Pueblos Xinguara en la
Amazonía, Boletín 244 del WRM
* Hidrovías: La Hidrovía Amazónica en Perú contra los ríos que
caminan, Boletín 244 del WRM
(2) Ver, por ejemplo, ¿Parando la deforestación? REDD+ y la protección de
las industrias de los combustibles fósiles y de la conservación.
Una compilación de artículos del boletín del WRM y declaraciones de Pueblos
Indígenas contra políticas y programas REDD, septiembre de 2018
(3) The highest bidder takes it all, Counter
Balance, April 2019
(4) Broken Promises, How World Bank Group policies and
practice fail to protect forests and forest peoples’ rights, 2005
(solo disponible en inglés)
(5) As contradições da cooperação alemã na Amazônia,
Ponto de Debate, (disponible en portugués)
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